Una buena alimentación no solo te dará energía para enfrentar el día a día, sino que te ayuda a evitar el desarrollo de patologías mentales. Tal vez es algo que muchos ignoran y, por ello, queremos hablarte sobre la relación entre nutrición y salud mental. Sigue leyendo para que aprendas más acerca de este tema.
Lo que comemos influye en la actividad cerebral
Tenemos claro que el cuerpo necesita alimentos que nos aporten los nutrientes que requerimos cada día. Lo que comemos se convierte en el combustible de nuestro organismo y es lo que nos da la energía física para enfrentar las actividades diarias.
Pero no hay que olvidar que el cerebro también necesita nutrientes y que hay una conexión entre lo que comemos y su funcionamiento. Por tanto, el impacto de la nutrición en la salud mental es real y no debemos descuidarlo.
Los alimentos saludables aportan la energía que necesita el cerebro. Pero también tiene relación con la formación de microorganismos benignos en el intestino. En consecuencia, favorece la absorción de nutrientes y combate la formación de bacterias malignas que provocan inflamaciones.
Los procesos inflamatorios están relacionados con trastornos como la ansiedad, la depresión, bipolaridad, e incluso enfermedades como la esquizofrenia. Por tanto, cuidar la salud mental incluye también evitar alimentos que favorezcan estos procesos inflamatorios.
Dentro de esta categoría de alimentos poco saludables encontramos la comida rápida, el azúcar, las grasas trans, bollería, entre otros.
Las dietas restrictivas tampoco son saludables y pueden llevar a desarrollar trastornos alimenticios.
Al contrario, hay que procurar aumentar el consumo de alimentos que contengan los nutrientes que necesita el cerebro. Estos incluyen vitaminas, minerales como el zinc y el magnesio, glucosa, aminoácidos, omega 3 y oxígeno.
Relación entre nutrición y salud mental
Estudios científicos han encontrado que personas con problemas como depresión también presentan procesos inflamatorios que se pueden prevenir con una buena alimentación. Lo mismo ocurre con otros trastornos.
Aunque esto no significa que la mala alimentación sea la causa del problema, sí influye en su desarrollo. Además, también está claro que personas con ansiedad o depresión suelen recurrir a los alimentos procesados y alimentos poco saludables. Lo que al principio parece calmarlos, pero luego empeora la situación.
Hay que destacar también que un cambio en la alimentación hacia una dieta sana tampoco es la solución definitiva. Sin embargo, ayudará en gran medida a que el tratamiento que se aplique sea efectivo.
Cambiar a un plan de alimentación que sea más saludable tendrá un impacto positivo en la salud mental y física. Si nos preocupamos porque nuestros intestinos estén sanos, al mismo tiempo reducimos los síntomas que pueden tener enfermedades mentales como las que mencionamos antes.
Una buena alimentación también favorecerá la comunicación entre las neuronas, favorece la producción de serotonina, previene daños vasculares, entre otros beneficios.
La alimentación y la salud mental tienen una relación estrecha. Por tanto, es necesario comenzar a preocuparnos más por lo que comemos y cómo esto influye en nuestro cerebro.
Para fortalecer la salud de nuestro cerebro necesitamos consumir carbohidratos, calcio, hierro, selenio, vitaminas A, B, C, D y E, aminoácidos y omega-3. Estos nutrientes, junto con el ejercicio, fortalecerán nuestra salud mental.
Te preguntarás dónde consigues estos nutrientes. El consumo de frutas, vegetales, grasas saludables, cereales integrales y carnes magras, te ayudarán a obtener parte de estos.
Hay dietas, como la mediterránea, que son ricas en estos nutrientes. Sin embargo, es conveniente que solicites una asesoría nutricional en Lima para que tengas un programa que se adapte a ti.
Alimentos que favorecen la salud mental
Aumentar el consumo de alimentos saludables es fundamental para mejorar la salud de nuestro cerebro. Si no tienes claro cuáles pueden ser, aquí te dejamos algunos datos para que mejores tu nutrición.
- Carnes blancas y magras. Los pescados como el salmón y la sardina tienen un contenido alto en omega-3, un ácido graso esencial para el cerebro. Las carnes magras, por su parte, también favorecen la producción de aminoácidos como el triptófano, que el cuerpo no es capaz de producir.
- Frutas y vegetales. Estos alimentos son ricos en fibras y previenen la inflamación intestinal. También aportan antioxidantes y vitaminas. Su consumo diario ayudará a reducir la ansiedad. Además, las frutas son un snack saludable para esos momentos en los que tengamos algún antojo.
- Semillas y frutos secos. También son nutritivos, se pueden comer solos o como un ingrediente añadido en alguna receta. Por ejemplo, es común agregarlos a las ensaladas. Son ricos en hierro, calcio, zinc, selenio, magnesio, calcio, fibra y vitaminas. Además de ácidos grasos insaturados y antioxidantes.
- Cereales integrales. La avena, la cebada, el centeno entero, el arroz y el trigo integrales están entre los mejores cereales que puedes consumir. Son ricos en fibras, minerales y vitaminas, y ayudan a prevenir enfermedades como la diabetes y problemas cardíacos.
- Grasas saludables. Tales como las que pueden aportar el aceite de oliva, la palta, las semillas de calabaza, chía, las nueces, etc. Estos alimentos son ricos en omega-3.
- Alimentos fermentados. El yogur, el kimchi o la kombucha, entre otros, aportan probióticos que contribuyen a mejorar la salud intestinal.
Aparte de los alimentos que hemos mencionado, hay otros que también puedes incluir en tu dieta como los huevos, orégano, jengibre, aceite de canola, hongos, lácteos descremados, soja, legumbres, chocolate amargo, etc.
Puedes ir integrando estos alimentos poco a poco en tu dieta. Al mismo tiempo que reduces el consumo de alimentos poco nutritivos.
Combina la alimentación y el tratamiento adecuado
Si bien es cierto que hay una relación entre nutrición y salud mental importante, no quiere decir que esta sea la respuesta absoluta a problemas como la ansiedad o la depresión.
Es importante acudir a terapia con un especialista para tratar cualquier problema de salud mental. El tratamiento se debe complementar con una buena alimentación para aumentar su efectividad y reducir los síntomas problemáticos.
Además, también se debe integrar con una rutina de ejercicios y de descanso —incluyendo el sueño—, ya que también contribuyen a mejorar la salud mental.
Por otra parte, tampoco hay que obsesionarse con la alimentación, puesto que esto puede generar otro problema en sí. Lo importante es que la comida sea balanceada y que evites aquellos alimentos que sean perjudiciales.
¿Conocías la relación entre nutrición y salud mental? Si no habías tomado esto en cuenta, es importante que lo hagas de ahora en adelante. Todo lo que consumes tiene un efecto en tu cuerpo y en tu cerebro.