Dar una buena impresión es vital para nuestra vida social. Imagina estar en una entrevista de trabajo o en una cita; dependes de la impresión que le des a la otra persona, podrías deletrear la palabra éxito o fracaso en esas situaciones. Para ser bien, es mejor transmitir cualidades tales como calidez, confiabilidad y competencia, pero a veces nos falta la marca. Como Psicólogos en Perú, es frecuente que las personas busquen ayuda para saber cómo ganar confianza y poder dar una buena impresión.
La investigación sobre lo que se conoce como gestión de impresiones es extensa y sostiene que las personas están muy capacitadas para poder presentarse de forma positiva. Cuando no lo hacen, se cree que es debido al agotamiento de los recursos. Esencialmente, no tener la energía mental para navegar adecuadamente las situaciones sociales, lo que no es un buen predictor de un buen rendimiento laboral.
Qué hacer para dar una buena impresión
La autopresentación implica dos pasos. En primer lugar, uno debe elegir la imagen que desea transmitir a los demás. En segundo lugar, uno debe presentar estratégicamente esa imagen. Dar una impresión positiva tiene la autorregulación y el autocontrol, que requieren esfuerzo. Por ejemplo, cuando las personas están cognitivamente sobrecargadas o distraídas, pueden volverse jactanciosas. Eso tiende a no ir bien con otras personas.
Muchos pacientes me preguntan: ¿podría ser que algunas personas, independientemente de los recursos mentales, son malas para dar una buena impresión? ¿Cómo se puede dar una buena impresión realmente verdadera y buena?
Este desafío a este pensamiento tradicional sobre la gestión de impresiones es el foco de un nuevo estudio dirigido por la psicóloga Janina Steinmetz de la Universidad de Utrecht. Ella y sus colaboradores afirman que algunas personas pueden no poder dar buenas impresiones, pero no debido al agotamiento de los recursos, sino más bien a la falta de tomar la perspectiva sobre la otra persona (algo así como poder «anticipar los pensamientos de los demás», que no es fácil) o debido al narcisismo.
Al principio, las formas enérgicas, interesantes y entretenidas del narcisista son atractivas. Pero con el tiempo, su arrogancia y antagonismo se muestran plenamente, a menudo repeliendo a sus conocidos. Su manera también afecta sus relaciones cercanas, ya que los narcisistas se creen superiores, hacen comparaciones a la baja y menosprecian a otros. Además, muestran poca capacidad de empatía o toma de perspectiva. Por lo tanto, la falta de toma de perspectiva, exacerbada por el narcisismo, contribuye a cuatro ineficaces estrategias de gestión de impresión.
Qué NO hacer para dar una buena impresión
-Cuando una persona «se agranda» no se siente bien con la gente y tiende a dejar una impresión negativa. La investigación respalda esto.
-La presunción que se disfraza de queja o humildad. Al aparecer humilde, una persona puede llamar la atención sobre sus atributos positivos de una manera que es aparentemente ofensiva. Esta táctica falla porque pone en duda la sinceridad de la persona, dando lugar a una impresión negativa. Mientras tanto, el humilde crítico no ha considerado cuán importante es el factor de autenticidad.
-Los hipócritas son aquellos que reclaman una cierta imagen por sí mismos, pero no logran cumplir con los estándares de esa imagen.
-Un cumplido al revés es un insulto envuelto en un elogio, donde el adulador es decididamente condescendiente. Por ejemplo, frases como «no esperaba que lo hicieras tan bien en el examen. Eso es genial», provienen del deseo de querer al mismo tiempo ser querido y tener alto estatus social. A la gente le gustan los elogios, pero también es cierto que la gente retrocede frente a los cumplidos. Estos cumplidos muestran que una persona está preocupada por cómo los demás los evalúan cuando en realidad son más propensos a ganar respeto cuando parecen despreocupados acerca de cómo otros los ven.
¿Quieres más consejos para dar una buena impresión? Aquí encuentras este interesante artículo de Forbes en español.
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